Las regencias de María Cristina (1833-1840). Espartero (1840-1843)
La reacción de la regenta María Cristina ante el levantamiento carlista fue tibia, y el gobierno del moderado Francisco Cea Bermúdez intentó buscar un acuerdo. Pero el inmovilismo militar y político del gobierno hizo que el Carlismo se expandiera.
La monarquía isabelina necesitaba más apoyos, por lo que María Cristina nombró un nuevo gobierno encabezado por el moderado Martínez de la rosa, que propuso la publicación del estatuto real. Mientras, el malestar social crecía y el hambre y a las epidemias se sumaban los ataques carlistas a poblaciones protegidas sólo por grupos de miliciano locales.
En el verano de 1835 se produjeron protestas y motines, y se crearon juntas que querían el restablecimiento de la constitución de 1812. Para conseguir el apoyo de los liberales y restablecer la autoridad y el orden público, la regenta nombró un nuevo gobierno encabezado por un liberal progresista, Mendizábal. -El primer objetivo de Mendizábal fue derrotar al carlismo y convocó una quinta de cien mil hombres y buscó la ayuda del reino unido, Francia y Portugal. --Su segundo objetivo era transformar el estado en un sentido liberar. También empezó la necesaria reforma agraria con la aprobación de los decretos de desamortización de tierras eclesiásticas y de supresión de los grupos religiosas.
María Cristina, atendió a las voces moderadas y destituyó a Mendizábal y dio en el gobierno a los moderados. Esta decisión alertó a los progresistas y en el verano de 1836 se produjeron revueltas y motines en la península y en uno de ellos se obligó a la regente a aceptar la constitución de 1812.
El progresista Calatrava formó gobierno con Mendizábal como ministro de hacienda. El nuevo gobierno convocó a elecciones a cortes, que dieron una mayoría progresista. Las cortes decidieron por redactar una nueva constitución.
La constitución de 1837 reconocía la soberanía nacional, amplios derechos de los ciudadanos, la división de poderes y la confesionalidad católica del estado. La introducción del senado, la soberanía compartida y conceder poderes a la corona eran algunos elementos conservadores, además, un sistema electoral censitario. Podían votar mayores de 25 años que pagasen una renta mínima, y esto quería decir que votaban más personas, ahora el 2,4 de la población, y antes un 0,15. Cuando los progresistas alcanzaban el poder rebajaban el tope requerido, y cuando lo hacía los moderados, lo elevaban.
Aprobada la constitución, se convocaron nuevas elecciones, que ganaron los moderados. asentaron algunos de los principios básicos del régimen liberal moderado.
Querían anular la constitución y gobernar de forma autoritaria mediante decretos y quitar algunas libertades, también se frenó la desamortización eclesiástica y se apoyó el sostenimiento del clero mediante un presupuesto estatal. Por otro lado, la corona podía elegir los alcaldes de los pueblos y ciudades, también, reforzaba el control gubernativo sobre las instituciones municipales. Los progresistas se sintieron expulsado del sistema y se levantaron para que la ley no fuese aprobada y la regente María Cristina dio su apoyo a los moderados, pero ganaron los progresistas, que tenían como líder al general Espartero, y la reina fue obligada a renunciar a la regencia en el 1840.
Espartero fue nombrado regente e inició su mandato con un claro impulso de las libertades, pero pronto derivó hacia un marcado autoritarismo. Una de su actuación el de mayor trascendencia fue la aprobación de un arancel librecambista, que abría el mercado español a los tejidos de algodón inglés, y la industria textil catalana se sintió amenazada y hubo un levantamiento en Barcelona, en el que se involucraron la burguesía y las clases populares, que veían peligrar su puesto de trabajo. Espartero bombardeó la ciudad y proclamó el estado de guerra hasta conseguir su sumisión. En 1843, un nuevo levantamiento de los moderados, forzó el cese de Espartero y su marcha al exilio. Y las cortes adelantaron la mayoría de edad de Isabel II y la proclamaron reina a los trece años.
La década Moderada (1844-1854)
En las elecciones de 1844, los moderados consiguieron la mayoría y el general Narváez formó nuevo gobierno con el objetivo de implantar un régimen basado en la autoridad, el orden y la represión. Se trataba de crear un sistema liberal moderado donde la burguesía terrateniente y financiera y algunos sectores de profesionales liberales y del ejército dominaran. Para ello elaboraron la constitución de 1845. La ley electoral de 1846 estableció un sufragio censitario restringido al 1% de la población. Solo tenían derecho a voto los más ricos y cultos, la administración, la iglesia y el ejército.
Para aumentar los ingresos del estado y modernizar la hacienda se puso un impuesto sobre algunos artículos de primera necesidad. Y para poner fin a la dispersión legislativa, se aprobaron el código penal y el código civil. Por otro lado, se reformó la administración provincial y municipal. El alcalde de los municipios de más de 2000 habitantes y de las capitales de provincia era elegido por la corona, mientras el gobernador civil designaba al de los municipios más pequeños y se reguló los diferentes niveles de enseñanza
Para el mantenimiento del orden público se creó la guardia civil en 1844 como principal fuerza policial armada. Para mejorar el ejercito se impuso el servicio militar obligatorio a través de un sistema de quintas por sorteo que era evitado a cambio de un pago en dinero.
También se adoptó un único sistema de pesos y medidas, el sistema métrico decimal.
Para mejorar las relaciones del estado con la iglesia, se firmó un concordato con la Santa Sede donde el papado reconocía a Isabel II y suspendió la desamortización. El estado se comprometía al sostenimiento de la iglesia y le otorgaba competencias en educación y moral pública. Y se estableció el catolicismo como religión oficial.
Los gobiernos moderados no consiguieron dar estabilidad política al estado y tuvieron que hacer frente a diversos conflictos como protesta, motines, huelgas obreras y a las acciones de demócratas y republicanos. Los carlistas protagonizaron un nuevo levantamiento en Cataluña, por otra parte, las divisiones internas del moderantismo propiciaron la inestabilidad de los gobiernos: en 1846 hubo tres gobiernos y en el 1847, cinco. Además, manipularon las elecciones y reduciendo la importancia del poder legislativo.
En el 1852 se hizo una reforma por la marginación de la corte y en el que el gobierno de Bravo Murillo restringió el sufragio y podía suspender indefinidamente las cortes y gobernar por decreto.
El bienio progresista (1854 -1856)
La deriva autoritaria del régimen moderado trajo el levantamiento progresista, demócratas y republicanos que llegó a incorporar algunos sectores del moderantismo.
En el verano de 1854, con el pronunciamiento del general O'Donnell, un moderado descontento. La reacción de los progresistas a la publicación del Manifiesto de Manzanares, de contenido reformista, desencadenó la revuelta popular en ciudades con la intervención de demócratas y republicanos con formación de juntas revolucionarias, e Isabel II se vio obligada a aceptar el restablecimiento inmediato de la Milicia Nacional y de las libertades.
Un gobierno comandado por Espartero y con O'Donnell al frente del Ministerio de Guerra, y la convocatoria de Cortes constituyentes con la ley electoral de 1837, que aumenta el número de votantes de 100 000 a 500 000. La alianza entre progresista tibios y moderados avanzados condujo a la formación de la unión liberal. Las elecciones dieron una amplia mayoría a progresista y unionista, y la nueva corte redactaron una nueva constitución que no llegó a publicarse.
El gobierno progresista impulso importante reformas, las cortes aprobaron una nueva ley de desamortización civil y eclesiástica, obra de Pasqual Madoz, que afectó a los bienes del estado, de la iglesia, de las órdenes militares, de las instituciones benéficas y sobre todo del
ayuntamiento con los bienes propios y comunes. También se aprobó la ley General de ferrocarriles que regulaba y motivaba la construcción de líneas ferroviarias, y ofrecía ventajas a las empresas que intervinieran en su construcción. El nuevo gobierno tuvo que afrontar una crisis de subsistencia junto a una epidemia de cólera afectó expresamente a la clase populares y acentuó el malestar social.
Los obreros catalanes pedían la reducción del impuesto de consumos, la abolición de las quintas, la mejora de los salarios y la reducción de la jornada laboral.
Ante los conflictos de principios de 1856 algunos jefes militares de promovieron duras represiones dadas por, O´Donnell, que provocaron el enfrentamiento con el gobierno de Espartero, que estaba en desacuerdo. La intervención de la reina en favor de O´Donnell, al que nombró nuevo jefe del gobierno, y se proclamó el estado de guerra.
La desintegración de la monarquía Isabelina (1857-1868)
Tras el golpe militar de 1856 la reina que nombró nuevo presidente al moderado Narváez. Este intentó volver a la situación anterior a 1854, aprobando una quinta de 50000 hombres, suspendiendo la desamortización, quitando derechos y libertades y convocó elecciones. Narváez fue destituido por la reina debido a cuestiones internas del palacio. Y Isabel II volvió a nombrar a O´Donnell. El gobierno de O´Donnell tuvo una duración de cuatro años y medio y fue de relativa tranquilidad. O´Donnell liberalizó la constitución de 1845 al disminuir el control de la prensa y siguió con la expansión del ferrocarril, reanudó la desamortización civil y aumentó la inversión en obras pública. Estos fueron años de expansión económica y de incremento de los recursos de hacienda, que en buena medida se gastaron en una activa política exterior. España participó en operaciones militares que pretendían rehacer su imagen como potencia colonial y estimular el patriotismo y el nacionalismo español. Se realizó una expedición a la Conchinchina y una intervención en México. La más Importante fue la campaña de Marruecos. Y a causa del descontento del sector más progresista O'Donnell tuvo que dimitir.
La radicalización del autoritarismo y las intervenciones de la reina, frenado por la influencia de su cámara ultracatólica, acabaron por alterar el sistema liberal. Los progresistas, demócratas y republicanos dieron como responsable a Isabel II de su exclusión y de mal funcionamiento de las instituciones, y se decidieron por el pronunciamiento como única vía de acceso al poder. En 1866, la sublevación de los sargentos del cuartel de San Gil se convirtió en una revuelta popular en Madrid y fue duramente reprimida.
La situación del Gobierno empeoró por la crisis de subsistencia de 1866, qué provocó el aumento de los precios y el descontento popular.
Los progresistas y demócratas firmaron el pacto de Ostende para acabar con la monarquía de Isabel II, y forma un Gobierno provisional y convocar cortes constituyentes por medio del sufragio universal masculino. En 1867 se incorporaron a dicho pacto lo unionistas.
La revolución de 1868 y la constitución de 1869
A partir de 1866 se acabó la etapa de prosperidad por 3 razones:
-Una crisis financiera puso en evidencia que las inversiones ferroviarias no eran rentables y esto hizo que el valor de las acciones ferroviarias en bolsa cayera. -una crisis industrial provocada por el elevado precio del algodón, a consecuencia de la guerra de sucesión muchas empresas no pudieron hacerse cargo dando quiebra y aumento del paro. -Una crisis de subsistencia por las malas cosechas hizo que el precio del trigo subiera, y este era el alimento principal de aquella época.
Hacia 1868, una gran parte de la población tenía motivos para oponerse al sistema isabelino.
Los grandes negociantes reclamaban un Gobierno que tomase medidas para salvar sus inversiones en bolsa, los industriales reclamaban políticas proteccionistas y la clase obrera y campesina denunciaban su miseria y protagonizan motines y conflictos populares. El deterioro político se hizo evidente cuando el partido moderado estaba en el poder ya que respondió reprimiendo y cerrando las Cortes y gobernando por decreto. Esto desembocó en un levantamiento contra el Gobierno y contra la monarquía.
El 18 de septiembre de 1868 la escuadra concentraba en Cádiz al mando de Topete, Inició la revuelta con el apoyo de los generales Prim y Serrano. Un manifiesto bajo el lema viva España con honra y denunciaban la corrupción de la monarquía y pedía la participación de los ciudadanos para defender la libertad y se anunciaba la formación de un Gobierno provisional y la convocatoria de cortes constituyentes por sufragio universal. El levantamiento se extendió de forma inmediata por Andalucía.
Al mismo tiempo, en las ciudades se produjeron levantamientos populares, con una fuerte presencia de progresista, demócrata y republicano, se formaron Junta revolucionaria e incorporaron las demandas populares a su programa, se pedía la abolición de impuesto de consumos, la rebaja de aranceles o la eliminación de estancos, la supresión de las quintas, la abolición de la pena de muerte y de la esclavitud, la educación gratuita, la plena aplicación de los derechos y libertades y el sufragio universal.
El 28 de septiembre, la derrota en la batalla de alcolea llevó a la dimisión del Gobierno y provocó el exilio de la reina Isabel II. Prim encabezó un Gobierno provisional formado por progresista y unionistas que disolvió las juntas y estabilizó el orden social.
Se convocaron elecciones con sufragio universal masculino para mayores de 25 años, que ganó la coalición gubernamental, con el apoyo de unionista, progresista y demócrata monárquicos.
La Constitución proponía un amplio régimen de derechos y libertades, sufragio universal masculino, la libertad de religión, aunque el estado mantenía la parte católica, también establecía la soberanía nacional y unas cortes compuesta por el Congreso y el Senado, y fijaba una monarquía parlamentaria. Proclamada la Constitución entró en regencia el general Serrano, mientras que Prim fue designado jefe de Gobierno, uno de los objetivos prioritarios del nuevo Gobierno era impulsar el crecimiento económico disminuir la deuda, y el ministro Figuerola impulsó una reforma arancelaria, que redujo la protección a los productos nacionales y abrió la economía española al exterior. Y se estableció la peseta como moneda nacional.
La monarquía de Amadeo de saboya
Desde la constitución de 1869 definía el estado español como una monarquía parlamentaria, el general Prim busco un nuevo rey, y encontró a Amadeo de Saboya que había culminado la unificación de Italia, y se proclamó rey en 1871. Desde el inicio del reinado contaba con poco apoyo. La aristocracia isabelina quería la restauración de los borbones, la iglesia tampoco lo apoyo porque los Saboya eran una dinastía que había acabado con los estados pontificios. Serrano presidido el primer gobierno de la monarquía, en el que participaron los tres partidos que eran unionistas, progresista y moderados. Los enfrentamientos y desacuerdos entre los partidos provocaron una gran inestabilidad, en dos años se formaron Seis gobiernos, finalmente se separaron.
El problema importante que tuvo que afrontar la monarquía amadeísta fueron los fuertes movimientos de oposición, algunos de ellos armados. -Los conservadores buscaron la restauración de los borbones mediante Alfonso XII, que contaba con el apoyo de la iglesia y de las élites burguesas. -Los carlistas promovieron una nueva abierta en defensa del trono del pretendiente Carlos VII. Se inició en el país vasco, Navarra, Aragón y Cataluña llegando a agrupar un ejército de casi cuarenta mil hombres. -En Cuba, la insurrección iniciada en 1868 se convirtió en una guerra colonial el conflicto que era dirigido por los criollos que eran blancos nacidos en la isla, que aspiraban a reformas políticas y económicas y el gobierno intentó introducir algunas reformas, pero se encontró con la fuerte oposición de los españoles con intereses en Cuba que exigían una acción militar fuerte contra los insurrectos.
Finalmente hubo revuelta y protestas de los sectores populares descontentos con unas reformas que consideraban insuficientes. Esto favoreció el aumento de la influencia del internacionalismo y la radicalización de los conflictos. Los republicanos impulsaron nuevas insurrecciones reivindicando la república federal.
El republicanismo estaba dividido en dos tendencias, unitarios y federales. Los unitarios, liderados por Castelar, defendían una república unitaria y mantenían posiciones más conservadoras desde el punto de vista político y social. El partido republicano federal, dirigido por Pi y Margall, defendía una república formada por una federación de regiones, promulgada el laicismo y defendía la ampliación de los derechos democráticos.
La renuncia al trono de Amadeo de Saboya situó al republicanismo ante una situación de emergencia. Reunidos el congreso y el senado en la asamblea nacional, Pi y Margall tomó la iniciativa y propuso la proclamación de la república y los monárquicos que eran mayoría no tenían otra propuesta la aceptaron.
La república se inauguró con un gobierno presidido por Figueras hasta que unas nuevas cortes constituyentes definiesen el nuevo estado federal o unitario. La república tuvo un fuerte impacto en los sectores populares esperaban que el nuevo régimen satisficiese sus aspiraciones de forma inmediata, a nivel popular, se produjeron manifestaciones, se ocuparon ayuntamientos...